SALUTOGÉNESIS ¿Dónde están las fuentes de la salud física, anímica y espiritual? Dra. Michaela Glöckler , Médico Antropósofo, Directora de DORNACH-SUIZA.
Fomentar la salud o impedir la enfermedad. Hoy en día hay una nueva línea de investigación, la Salutogénesis, que se ocupa de la salud física, anímica y espiritual. El paradigma que regía desde hace 300 años en la medicina es el de La Salutogénesis se desarrolló como concepto en los años 60 del siglo XX en el ámbito del habla inglesa. Pero posteriormente, en los años 90, encontró eco en Alemania en los discursos académicos y políticos de ¿Dónde se encuentra la diferencia esencial entre estos conceptos, el viejo patogenético y el nuevo de Salutogénesis?. El concepto patogenético proviene ( en el caso de una enfermedad infecciosa) del modelo del contagio Yo me pregunto: ¿Quién me contagió?. ¿Cómo se llama el virus, la bacteria?. ¿Que antibiótico ayuda contra ellas?. Desde el punto de vista salutogenético, en cambio, me preguntaría: ¿Por qué justamente yo permanecí sano, cuando todos a mí alrededor presentaron una infección? La pregunta de ¿Por qué uno se contagió pero el otro no, es una inquietud de investigación salutogenética?. Las consecuencias de la catástrofe del reactor de Tschernobyl mostraron por ejemplo, que un alto porcentaje de la población enfermó de leucemia y de cáncer. ¿Por qué no todos enfermaron de cáncer ante la misma exposición?. ¿Qué es lo que los protegió?. ¿Qué fuentes de salud se desarrollaron aquí?. Salud psicosocial-una perspectiva económica No solamente el estado, sino también la economía se interesa por el principio salutogenético. En 1994, en el marco de las deliberaciones de la organización mundial del comercio (WTO) en la así llamada Rueda –Uruguaya, se ha firmado el acuerdo GATS: el General Agreement on Trade in Services, vale decir, un convenio general que permite el comercio también con el conjunto de los servicios sociales. Entre tanto 120 estados han ratificado ese convenio y están de acuerdo en entregar el sector de las prestaciones sociales en manos de la economía privada. Como consecuencia de esto, los servicios sociales deben estructurarse nuevamente y de modo transparente. Para lograrlo, se han desarrollado procedimientos calificados, sobre cuya base los diferentes servicios pueden describirse con exactitud; por ejemplo cuánto tarda la ejecución óptima de una determinada medida asistencial. Lo problemático del caso es, que todo aquello que no comporta un crédito económico inmediato, tampoco recibe paga alguna. Dedicación humana y tiempo destinado a una determinada persona, que, por ejemplo no-solo desea que le lleven al aseo en un tiempo récord, sino que además quiere hacer alguna pregunta importante, deberían integrarse al sistema como valores retributivos. A ello se opone, sin embargo, el argumento de las escasas finanzas. De esta manera, el garante de calidad contribuye al logro de una mayor eficacia, pero lo hace a costa de una reglamentación del ámbito social en su conjunto, reglamentación que ya no hace justicia a las reales necesidades humanas. Así que aquí se abren importantes interrogantes nuevos con respecto a la configuración de un sistema de asistencia pública realmente moderno, y orientado hacia el futuro, a la que deberán integrarse imperiosamente las iniciativas ciudadanas y las asociaciones de los pacientes. En su libro, ”El sexto Kondratieff”, Leo Nefiodow demostró, que el desarrollo de la economía se lleva a cabo en los así llamados ciclos Kondratieff, denominados así, por el científico ruso Nikolai D. Kondratieff (1882-1938). Kondratieff había descubierto ciclos evolutivos en ondas largas de 40-50 años (1926) y había notado, que cada 40-50 años puede notarse una tendencia completamente nueva, mediante la cual la economía mundial recibe sus decisivos impulsos de innovación. En 1800 fue el invento de la máquina a vapor y la elaboración industrial del algodón, luego vino la industria del acero y de los ferrocarriles; después la industria del petróleo, materia sintética y del automóvil y por último, la industria de la informática y los ordenadores. Estos desarrollos han determinado en todos los casos, el incremento y auge económico. Para el boom de la industria de la informática se prevé, por cierto, un fin más rápido de lo esperado. Tanto más intrigante se torna la pregunta con respecto a qué determinará al próximo gran impulso económico. Todo hace suponer que será la salud psico-social, o bien, el mercado de los servicios sociales. Si la drogo-dependencia y la dependencia de las tabletas siguen creciendo al mismo ritmo de los últimos 20 años, el cálculo de la WTO indica, que en el año 2100 cada segundo habitante será drogo-dependiente en las naciones industrializadas. Así se puede decir, que el 50% de la humanidad será toxicómano, dependiente de asistencia. En la economía ya se observa en la actualidad que las faltas al trabajo a causa de alteraciones psico-sociales son un problema cada vez mayor. Las personas que ya no tienen tanta resistencia, con frecuencia notifican que están enfermos y soportan cargas cada vez menores. Para la estabilidad económica duradera es imprescindible la existencia de suficientes hombres sanos. También por esa razón, la economía tiene interés por los conceptos salutogenéticos. Para arreglar esto, tiene que elaborarse un sistema que facilite la descripción de servicios concretos de tal manera que puedan ser adquiridos y comprados por clientes. Por este motivo encontramos actualmente instituciones sociales como residencias de ancianos, pero también escuelas y jardines de infancia, que se ven confrontados con normas de calidad. Así por una parte se incrementa, por lo menos se espera, la calidad del trabajo y de la prestación; pero por la otra todo esto se hace una forma mercantil. La visión del futuro de una sociedad de A consecuencia del desarrollo incrementado de las prestaciones y los costos en la asistencia de la salud, hoy también en la asociación terapéutica antroposófica nos vemos mancomunados con política y economía, para fomentar en todo lo que fuera posible, la salud de los hombres. Salud –que es esto verdaderamente La Salutogénesis tiene como objetivo el llamar la atención del hombre hacia las fuentes individuales y sociales de la salud y de su curación. Rudolf Steiner (1861-1925), ya en 1920, en una conferencia para médicos indicó claramente, que el médico debía tener en su mirada la salud de la humanidad entera, aún cuando quiera ayudar a un solo hombre. ¿Por qué? Porque cada ser humano es una parte del todo, que él influencia de esta o aquella manera, consciente o inconscientemente, por el modo como que se relaciona interiormente y hacia fuera consigo mismo y con los demás seres humanos; él tiene parte activa en el desarrollo de la tierra y el hombre. Cuanto más logro yo actuar desde una perspectiva abarcante, también en lo pequeño, tanto más contribuyo a la curación y a la prosperidad del todo. Cuanto más aislado estoy y menos me relacionó, actúo y trabajo, tanto más corro peligro de convertirme en un factor enfermante en el acontecer evolutivo. Salud, sanar completamente, significa integración. Enfermedad es el resultado del aislamiento o desintegración de procesos, funciones o sustancias en el organismo. Nuestro deber es entonces, con nuestras acciones pequeñas y nuestro actuar cotidiano, buscar las grandes metas de la humanidad y no perderlas de vista. Cuando Aarón Antonovsky (1923-1994), el padre del paradigma salutogenético, tuvo la tarea de revisar el estado de salud de los hombres de mayor edad en Israel, desarrolló criterios de cómo se mide salud física y espiritual. Para su gran sorpresa, constató que en los hombres ancianos poseían la salud mejor justamente los sobrevivientes del espantoso holocausto. Abraham Maslow (1908-1970), en forma conjunta con Carl Rogers y Erich Fromm, uno de los fundadores de la psicología y la psicoterapia humanística, llegó a través de sus investigaciones sobre la salud espiritual a grandes sorpresas. Para encontrar criterios sobre la salud anímica, examinó a hombres sanos. Los seres humanos que él encontró con mayor estado de salud, presentaron vivencias de ruptura anímica, experiencias espirituales como una vivencia extracorpórea, un encuentro con un ser divino u otras vivencias místicas. Él encontró, que también en cada alma psíquicamente enferma hay un núcleo sano. Si uno fortalece ese núcleo debidamente, entonces el hombre puede convivir mejor con sus problemas, y de esa manera influir en su entorno humano en forma sanadora. Otra aspecto de la Salutogénesis es la llamada investigación de Tres atributos esenciales de la humanidad son decisivos: - Honradez, veracidad, sinceridad. - Amor. - Respeto por la autonomía y la dignidad propia de los demás, aún también de los niños o de los que se encuentran con necesidad de ayuda. Si un niño vivencia estas buenas relaciones (y esto aún con una sola persona, y también en un determinado tiempo de su niñez), puede desarrollarse él también en forma sana, a pesar de que las condiciones de vida sean adversas - a la noche se le pegue y en el correr del día no tenga un verdadero cuidado-. Si se produce con un ser humano una profunda, interior y verdadera relación, no necesariamente estaría afectada la salud anímica. Por el contrario, un niño así, podría ser todavía especialmente más sensible y compasivo. El libro “Plus fort que la haine “, que apareció en Francia y causó gran sensación, es un gran ejemplo. “Más fuerte que el odio” es la experiencia de amor y humanidad que vivenció un niño en extremo traumatizado, despreciado y descuidado, de tres años, durante tres valiosos meses en una familia adoptiva. Esta vivencia lo sella para su posterior vida entera y posibilita la identificación con el bien y la bondad. “Lo que fortifica al niño entre el riesgo y la resistencia” es el título de una publicación alemana, en la cual se publicó una cantidad importante de estudios sobre calidad de vida de los niños, en los que se puede aprender cómo se procura aprender, como se procura la salud y ésta es duradera para toda la vida. Fuentes físicas, anímicas, espirituales de la salud ¿Cuáles son las confirmaciones esenciales de la investigación salutogenética de Antonovsky, del examen de Maslows hacia una saludable alma y de la investigación sobre la resistencia? Estas se puede resumir en tres aspectos principales, o bien, tres principios, los cuales son decisivos para el desarrollo de la salud. En el plano corporal se presenta el principio de la Heteroestasia . La palabra proviene del griego hetero: distinto, y del latín éstasis: estado, con el significado entonces: estado distinto. Por el contrario, señala la palabra homeoestasia del griego homeo: parecido, estado igual. Según el modelo patogenético y en el sentido de la homeostasis, el organismo tiene la meta de cuidar lo más posible su equilibrio en el medio ambiente, lo que es muy importante, y la pregunta es, de que forma lo logra. Según el modelo salutogenético, el organismo sano no tiene la impronta de la homeostasis, sino que, continuamente transforma procesos heteroestáticos en homeostáticos, y por ello posee un alto grado de procesos y capacidad de adaptación. El aspecto central del principio salutogenético es entonces la capacidad del hombre de confrontarse con lo extraño, con conflictos y salir fortalecido luego de esta confrontación. El principio de la heteroestasis significa entonces también aprender del stress y no solamente evitarlo. Rige conocer los limites de la resistencia corporal y anímica y aprender a continuar. Este principio salutogenético se corresponde con el consejo que la medicina antroposófica siempre ha dado: que por ejemplo para el niño es sanador pasar las enfermedades infantiles. Estimula el desarrollo del sistema inmunitario, la capacidad de autorregulación y autocuración. Esto hace cuestionarse el sentido de la vacunación, que el ministerio de sanidad propaga abiertamente con tanto énfasis. Por supuesto está siempre la pregunta de sí el niño está lo suficientemente fuerte para la confrontación con Típico para el principio patogenético es el consejo: vacúnate contra cada virus gripal, evita todo estrés y enojo, déjate prescribir un certificado de enfermedad, o ante cada síntoma mínimo de malestar, toma ésta o aquella tableta. Para la Salutogénesis, por el contrario, es decisiva la pregunta: ¿Cómo aprendo yo a llegar a buen puerto en todas las situaciones de la vida, y ser interna y externamente flexible?; ¿Cómo me transformo en un ser tolerante a la frustración, al estrés y ser estable de carácter?. En el ámbito anímico , la Salutogénesis se relaciona con un sentido de Coherencia (en inglés sense of coherence), en un sentimiento para la relación o vínculo con todo lo existente. Y cuando el hombre logra poder ordenarse a sí mismo dentro de las pequeñas y grandes relaciones del mundo, entonces ahí puede encontrar el sentido de la vida. ¿Cómo se aprende a desarrollar un sentido de coherencia? Antonovsky lo dice bien claro y contundente: el niño debe aprender, a través de la educación, una satisfactoria visión del mundo. Debe poder aprender que el mundo: - es comprensible; - satisfactorio, valioso, pleno de sentido; - manejable En este sentido, una visión del mundo es satisfactoria, cuando ayuda a encontrarse a si mismo, a caminar de tal manera por la vida, que se presenta plena de sentido. Por ejemplo, hubo muchos niños que después de la segunda guerra mundial, por experiencias personales de guerra, o por informes de adultos afectados, como los que tiraron las bombas atómicas en Japón, presentaron una carga muy importante de miedo y angustia. Aquí es decisivo, por lo menos, tener cerca un ser humano, que tenga comprensión para la situación de los niños, a los cuales pueda hacer preguntas y que les ayude a desarrollar un sentido de coherencia. Esto puede lograr, por lo menos, a pesar de las preocupaciones y miedos, el poder convivir con esto, y desarrollar la esperanza de que algo se puede realizar para vencer el miedo y las causas de las guerras. De la misma manera ocurrió a muchos niños y jóvenes luego del suceso del 11 de septiembre. Discusiones y reportajes, así como una información abierta, fueron importantes para entender y trabajar el acontecimiento. Pero de acuerdo a la edad del niño, es por demás decisivo que esté presente una persona cercana, preferentemente madre o padre, que conviva con esto y lo tenga en su conciencia y que a pesar de todo transmita esperanza y confianza en Hay muchas posibilidades de cómo, desde pequeño, se puede trabajar sobre este sentido de coherencia. En las escuelas Waldorf se dice, por ejemplo, todas las mañanas, antes de la primera hora de enseñanza, en forma conjunta, maestros y alumnos, el así llamado verso de Mi mirada penetra en el mundo donde el sol brilla, donde las estrellas centellean, donde descansan las piedras, donde las plantas viviendo crecen, donde los animales sintiendo viven, y donde el hombre, dotado de alma da morada al espíritu. Mi mirada penetra en el alma que en mi interior vive. El Espíritu Divino palpita en la luz del sol y en la del alma: En el espacio sideral, ahí fuera, en las honduras de mí, por aquí dentro. Hacia ti, ¡Oh, Espíritu Divino! Quiero en súplica dirigirme para que dentro de mí crezcan fortaleza y bendición hacia mis estudios y hacia mi trabajo Para una verdadera visión del mundo, no se trata de transmitir un determinado perfil de las cosas, como ocurre en esencia con las ideologías. Es mucho más que eso, pues se trata de un proceso de crecimiento y maduración interior, de tal manera que el hombre va creciendo con los procesos del mundo a través de un continuo aprender y trabajar, y lo hace fortaleciendose de forma consciente y progresiva. Decisivo para fomentar el sentido de coherencia en el niño, es también el ejemplo en la escuela, el ejemplo de los adultos, quien trabaja él mismo en su sentido de coherencia para sí y para el mundo y lo desarrolla continuamente. Esta es una de las tareas más importantes de nuestro tiempo, en la así llamada quinta época cultural postatlántica, que (según Steiner) se inició en el siglo XXV. Una característica de esta época es, según Goethe, el pacto con el mal, pacto entre Mephisto y Fausto. Todo indica que la tarea de esta época es la confrontación interna y externa con las fuerzas e inclinaciones hacia el mal. El cúmulo de horrores y destrucción, que a través del video y la televisión son divulgados en los informativos, inquietan, ya que así ninguno de los televidentes puede desarrollarse como un ser humano despierto y autoconsciente. Cuando se reconoce el mal, el peligro de seguirlo o caer, es mucho menor. La posibilidad de no caer, crece, en el reconocimiento y en el vencimiento del mal, de desarrollar posibilidades para hacer el bien, lo verdadero y lo pleno de amor. Un viejo refrán chino dice: solo hay dos caminos para volverse sabio, a través del conocimiento o a través de experiencias penosas. Y como tercero es decisivo, y eso hoy es lo más difícil, que los hombres deben aprender a erigir resistencia en lo espiritual , fuerzas de resistencia , a través de la confianza en el curso y en el sentido de la evolución de la humanidad – justamente hoy. Cuántas personas existen actualmente, que caen en la depresión, por haber perdido la confianza en la evolución, en Dios, y en el hombre. Crueldades y violencias, corrupción, guerras y catástrofes acerca de las cuales se está informando constantemente, son apenas soportables para muchas personas. Enfermedad, drogas, o abuso de medicamentos, son la consecuencia de actos de desesperación y terror que pueden llevar al suicidio. Aquí, tendrá que edificarse una concepción del mundo que ayude a comprender y a elaborar dándole un sentido, al mal, a lo negativo y destructivo. Hans Jonás (1903-1993), un filósofo judío, contemporáneo y colega de Antonvsky, ha influenciado decisivamente la ética del siglo 20, con su principio de Tres principios decisivos El primer principio , es la relación conscientemente cultivada hacia Dios y hacia el mundo espiritual: yo estoy dentro de Dios, y Dios está dentro de mí. Así, como Solschenyzin lo ha referido en su “Archipel Gulag “, cuando un soldado ruso está por pisarle la cara con su bota enlodada. Él yace en el suelo, ve venir la bota y piensa en ese momento: sólo puedes destruir mi cuerpo, no puedes destruir mi espíritu. La fuente de resistencia mas fuerte es la experiencia divina, la experiencia mística o también la vivencia de la identidad, la vivencia del yo como ser eterno. El segundo principio de la invulnerabilidad que moviliza las fuentes de la resistencia, es el principio de la relación humana. Las personas, que han pasado por situaciones extremas, relatan una y otra vez, que han podido salir airosas de esas situaciones solamente por el hecho de sentirse profundamente allegadas a una o más personas. Nos enteramos así, por ejemplo De Nelson Mándela, que durante su prisión de muchos años, lo mantuvo con fuerzas la certeza de que su esposa afuera, continuaba El tercer principio , que fue hallado en el contexto de la investigación de Salutogénesis, a partir de consultas estadísticas, se refiere al dinero y a posesiones. Es vivenciado también como fuente de resistencia, cuando se tiene, por ejemplo, una residencia en Mallorca o una caudalosa cuenta bancaria en Suiza. Si sé, que mediante esas fuentes materiales puedo re-edificar mi vida y puedo disfrutarla tan pronto salga de la situación adversa, esto me brinda fuerzas de la resistencia. Estos tres principios tienen en común la condición de seguridad, identificación, o bien “SER”, como experiencia existencial, sobre el plano material, anímico y espiritual. Abrir fuentes de salud - la nueva meta de la medicina El principio básico de la Salutogénesis, configurado sobre la heteroestasia y la activación de la defensa propia del cuerpo, aporta una amplia renovación para todos los ámbitos de la medicina moderna. A ello corresponde asimismo una sana nutrición con alimentos, que han crecido sanos y vigorosamente. Digerirlos y transformarlos en sustancias propias del cuerpo requiere mas esfuerzo del organismo, que cuando se asimilan verduras preelaboradas en conserva o vitaminas artificiales. Todo aquello, que es precocido, predigerido, sustituido, o bien se ofrece listo, no exige suficientemente al organismo en su actividad propia. El principio básico de la alimentación saludable es activación en lugar de descarga y miramientos. También los medicamentos de la medicina antroposófica tienen como meta, reforzar la defensa corporal propia del paciente. El cuerpo no debe ser liberado de realizar esa tarea, sino que los medicamentos ayudan al organismo a desarrollar y a movilizar su fuerza de resistencia y sus fuerzas de autocuración. Una educación orientada hacia el niño, ayuda a colocar limites correspondientes a la edad y prestar ayudas en el sentido de que puede experimentarse a sí mismo y desarrollarse. Son importantes para el niño vivenciar en su entorno, ejemplos mediante los cuales aprende a aceptar desafíos y manejarse con dificultades. Los niños deben tener la posibilidad de medir en ocasiones sus propias fuerzas en contraposición con adultos de su confianza, experimentarse a sí mismo y estabilizarse con sus propias facultades. Una buena educación se destaca por la sinceridad, y el amor y el respeto por el otro. Siendo que la sinceridad (honradez, honestidad, integridad, franqueza, lealtad, formalidad) constituye el fundamento, dado que, por importantes que sean el amor y la autonomía, carecen de piso, si no son acompañados por sinceridad- que por así decirlo, es amor sobre el plano cognitivo. Mediante el claro pensar, que significa salud sobre el plano espiritual, el niño aprende a ubicarse dentro del contexto del mundo y orientarse dentro del mismo. Cuándo un niño ha roto un juguete, confiadamente llega junto al adulto preguntando “¿Puedes arreglarlo?” “Arreglar”, significa no sólo componerlo, sino a su vez sanar. Salud es integración, es concordancia de todas las funciones. Significa empero también la bienaventuranza, lo sagrado dentro de nosotros. La Antroposofía como ciencia del alma y del espíritu del hombre puede tomar contacto hasta en sus pormenores con este nuevo concepto salutogenético. Con ello empero impone a su vez la responsabilidad- sobre todo a los pedagogos y médicos antroposóficos- de colaborar a través de las investigaciones propias, que ese concepto encuentre una amplia divulgación y realización. Requiere además, integrar la realidad del espíritu al debate científico-natural-medicinal, y no dejarlo de lado como “trascendente”, adjudicándoselo tan sólo a teólogos y filósofos. La salud del hombre moderno depende decisivamente de cómo piensa de sí mismo como hombre y qué camino evolutivo toma. Es por ello que cerramos esta exposición con una perspectiva para la formación propia. Salud, hoy y mañana Todos podemos aprender a ser más humanos y más sanos al tomar conciencia de los ámbitos del ser divino-espiritual, “despertándolos”. Rudolf Steiner, como experto maestro en el campo del desarrollo propio, nos ha indicado el camino.En sus libros “¿Cómo obtener conocimiento de los mundos superiores?”, “ “Para algunas personas, la vida común y ordinaria misma, ya es un proceso de iniciación, más o menos consciente... son aquellos que pasan por experiencias de una manera tal que su autoconfianza, su valentía, su firmeza y constancia crecen de modo saludable, y así aprenden a soportar con calma y fuerza inquebrantable sus penas, decepciones, malogro de empresas, y también con grandeza de alma. Quien ha pasado por experiencias de esta clase, a menudo ya es – sin saberlo- un iniciado y falta luego tan sólo un pequeño paso para que se le abran los oídos y los ojos espirituales, de modo que se convierta en clarividente”. (GA10, Pág. 77). El propósito del camino de desarrollo interior antroposófico es posibilitar ese proceso de iniciación a aquellos que lo están buscando consciente y activamente. Comienza mediante el pensar acerca de un hecho, o una cualidad a ser aprendida. Podemos pensar en ello con calma, medir al respecto nuestra propia experiencia de vida y reflexionar, cuándo y cómo hemos experimentado esa cualidad, qué condiciones deben ser promovidas, para seguir desarrollándola. Para ello existe tanto la posibilidad de meditación regular acerca de tales cualidades de pensamientos y sentimientos, como así también la posibilidad de proponérsela durante determinadas semanas o meses, como ejercitación en la vida cotidiana, vale decir, ejercitarla sistemáticamente con ocasión de determinados actos, en ciertas situaciones de la conversación, o en oportunidad de encuentros. De esta manera aprenderemos que los pensamientos son realidades – puesto que experimentaremos que algo, que al comienzo sólo lo hemos pensado, paulatinamente se conforma en una cualidad del ser, vale decir, en parte de la propia identidad. De este modo se podrá experimentar, cómo el ser propio en lo espiritual-pensativo vivencia un despertar cada vez más claro dentro de los pensamientos y de los sentimientos. Por cierto, que se experimenta asimismo, como a su vez se vigorizan las cualidades negativas, egoístas e instintivas, oponiéndose a esos esfuerzos. Esto, por un lado está relacionado con el hecho de que uno se vuelve más sensible y perceptivo frente a todo lo negativo, pudiendo vivenciar así con mayor conciencia, el mayor contraste para con las cualidades positivas del ser. Por otro lado, lo anímico-espiritual mediante los ejercicios adquiere mayor libertad y mayor autonomía frente al cuerpo propio, de manera tal que éste, conjuntamente con los instintos innatos puede formar un contrafuerte más poderoso. Es importante por lo tanto, observar determinadas condiciones, que aseguran un equilibrio saludable, disponiendo buenos hábitos, que se conforman para apoyar tanto en los altos como en los bajos de Steiner nos dice al respecto: “Debe ser remarcado, que en ninguna de esas condiciones se exige un cumplimiento completo, sino tan sólo la búsqueda de ese cumplimiento. Nadie puede cumplir completamente las condiciones, pero todos podemos iniciar el camino hacia su cumplimiento. Sólo depende de la voluntad, la convicción de emprender ese camino”. (GA 10) Siete condiciones para un sano desarrollo La primera condición: “La primera condición es: fijemos nuestra mirada en el fomento de la salud física y espiritual. Naturalmente que no depende del hombre mismo en un principio, cuán sano es. Pero cada uno puede intentar, fomentarse en esa dirección.” (Steiner, GA 10) Pudiera parecernos que aquí se da una instrucción para el egoísmo en La segunda condición: “La segunda condición es sentirse como un miembro de toda Tendré que aunar mi sentimiento, de modo tal con mi pupilo, que me pregunte: ¿Aquello que me parece deficiente en mi pupilo, acaso no es consecuencia de mi propio acto?” En lugar de orientar mis sentimientos en su contra, en tal caso me pondré a reflexionar acerca de cómo comportarme, cómo proceder, para que en el futuro el pupilo pueda responder mejor a mis requerimientos. A partir de una postura tal, paulatinamente irá cambiando la manera de pensar del hombre. Esto cobra validez para los hechos más pequeños y los más grandes. A partir de esa postura, por ejemplo, miraré con otros ojos al delincuente, que sin ella. Me contengo con mi juicio diciendo: “soy un hombre como él. La educación que el destino me ha deparado ha sido tal vez la única razón que me ha amparado de un destino tal como el suyo”. Luego, puedo llegar a la conclusión que ese hermano-hombre podría haber sido otro, si los maestros que en mí han volcado toda su dedicación, se la hubiesen proporcionado a él. Tomaré en cuenta que yo he recibido algo que a él se le ha quitado, y que el bien que poseo se lo debo a la circunstancia que a él se lo ha sustraído. Y entonces, me habré aproximado a la concepción de que sólo soy una parte, un miembro dentro de la humanidad toda, y que comparto la responsabilidad de todo lo que acontece. (GA 10) Quien practica esta condición notará- también con alguna consternación- en qué elevada medida ejerce poder mediante su comportamiento. Cuando alguien me provoca enojo y yo reacciono sobre un plano acorde a ese enojo, la situación fácilmente puede desbordar y puede traer como consecuencia una discordancia permanente. Si empero por esa ofensa no nos dejamos llevar a una reacción respectiva, y en cambio nos formulamos la pregunta: ¿Cómo debo comportarme, para que también esta persona pueda mostrarse de su lado mejor, o: ¿ que habrá pasado en su interior, que habrá sucedido tal vez en su casa, que el umbral de su defensa ha sido tan bajo para hacerme blanco de sus impertinencias? Aún cuando no podemos dar respuesta a esta pregunta, ya el hecho de formularla con sinceridad, y sin condenar al otro, significa un paso importante. Y no pocas veces ocurre – en ocasión de una postura observada frente a él – que el otro muestre un cambio en su comportamiento al cabo de determinado tiempo. Con ello se relaciona de modo inmediato “...que sus pensamientos y sus sentimientos para el mundo poseen la misma importancia que sus actos. Tenemos que darnos cuenta de que es igualmente tan pernicioso si siento odio por mi prójimo, como si lo estoy golpeando. Entonces me doy cuenta a su vez, que al perfeccionarme, no sólo hago algo para mí mismo, sino también para el mundo. De la pureza de mi sentir y pensar, el mundo obtiene el mismo provecho como de mi buen comportamiento. (GA 10). Cuán efectivos pueden ser buenos pensamientos y sentimientos con respecto a otras personas, lo sabe todo aquél que en su entorno tiene personas en las cuales piensa con amor, respeto y estima. Los niños tratados con cariñoso respeto pueden crecer en esa atmósfera, como protegidos de un muro de moralidad, que les permite tolerar con una seguridad interior mucho mayor de la que sería posible sin una protección tal, los disgustos cotidianos habituales y las vivencias angustiantes. La cuarta condición es la adquisición: “De la opinión, del convencimiento de que la entidad propiamente dicha del hombre no se encuentra en lo externo, sino en el interior. Quien sólo se considera como producto del mundo exterior, como resultado del mundo físico, no podrá avanzar en la formación oculta. Sentirse como ser anímico-espiritual es un fundamento para tal formación. Quien avanza hacia ese sentimiento, estará capacitado para discernir entre el compromiso interior y el éxito exterior. Se dará cuenta de que lo uno no puede ser medido de modo inmediato en lo otro. El estudiante de lo oculto tendrá que encontrar el correcto equilibrio entre aquello que determinan las condiciones externas, y aquello que reconoce como correcto para su comportamiento. No deberá imponer a su entorno algo, para lo cual éste no posee comprensión; a su vez empero deberá ser completamente libre del afán de hacer solamente aquello que puede ser aprobado por ese entorno. El reconocimiento con respecto a sus verdades lo tendrá que buscar únicamente en la voz de su alma sincera, empeñada en el logro de La quinta condición es: “La constancia en el cumplimiento de la decisión tomada. Nada debe inducir al discípulo en lo oculto a renunciar a la decisión tomada, únicamente la convicción de que se ha sumido en un error. Toda decisión conforma una fuerza y aunque esa fuerza no tenga un resultado inmediato en el lugar hacia donde está orientada en principio, actúa a su manera. El éxito es decisivo tan sólo cuando un acto se realiza bajo el impulso de La sexta condición: “Una sexta condición es el desarrollo del sentimiento de la gratitud frente a todo aquello que el hombre recibe. Debemos saber que la propia existencia es una dádiva del universo entero. ¡ Cuánto hace falta para que cada uno de nosotros pueda recibir y realizar su vida! Estos son los pensamientos hacia los cuales deben inclinarse aquellos que buscan la formación oculta. Quien no puede entregarse a estos pensamientos, no podrá desarrollar dentro de sí, aquel amor global necesario para llegar a una cognición superior. No puede revelárseme algo que no estoy amando. Y cada revelación deberá colmarme de gratitud, por el hecho de que me enriquece”. (GA10). Y finalmente se dice: “Todas las condiciones mencionadas deben unificarse dentro de una séptima condición: concebir la vida constantemente en el sentido exigido por las condiciones. De esta manera, el pupilo se crea la posibilidad de otorgar un carácter uniforme a su vida. Las diferentes expresiones de su vida así se hallarán en consonancia y no en contradicción. Estará preparado para la calma a la cual deberá llegar durante los primeros pasos en su formación oculta. (GA.10) La mirada orientada al camino de nuestra formación propia nos muestra que, aún siendo imperfectos como seres humanos, sobre todo poseemos empero también la facultad del desarrollo. Una humanidad cada vez mayor puede ser aprendida si estamos dispuestos a pensarla y sentirla, ejercerla y querer llevar a cabo una y otra vez el intento. Al abrir así, paulatinamente, las fuentes necesarias, obtendremos salud en medida cada vez mayor, en los tres planos de nuestra existencia: en lo corporal, en lo anímico y en lo espiritual. Por encima de ello obtendremos empero también una saludable postura fundamental ética, que puede fomentar el desarrollo de la humanidad en todos los ámbitos de |
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home